
¿Amor para el único hijo?
El miércoles de la semana pasada, a las 7.00 de la noche estaba en Metro de la Avenida Gregorio Escobedo, comprando el desayuno del día siguiente.
Para pagar en una caja hice una pequeña cola detrás de un señor, cuando él colocaba sus cosas en la faja transportadora, escuché a una señora detrás de mi, agachada, hablándole a su hijo (de más o menos 4 años) que tenía una Coca Cola Zero en la mano, “¡Le vas a decir: papá comprame, soy tu único hijo!”.